He estado enamorado de estos parlantes desde la primera vez que los vi el año 2000. Apple quería tener parlantes que combinaran con su línea de productos, pero no estaba dispuesta a meterse a la fabricación de parlantes. Hizo una alianza con Harman Kardon, proveedores de sistemas de sonido para marcas como Mercedes-Benz, BMW y Land Rover. Apple hizo el diseño industrial e ingeniería mecánica, Harman Kardon aportó con su experiencia en sistemas de audio de alta fidelidad y se encargó de la fabricación y distribución. Así nacieron los Harman Kardon SoundSticks, que ocho años después siguen sorprendiendo.
Durante años los miré, pero el precio me parecía exageradamente caro — especialmente si por 40 dólares tenía parlantes con subwoofer conectados al computador que sonaban bien. Finalmente, hace una semana, en un viaje a San Francisco los volví a ver. Esta vez obvié los US$180 que costaba y decidí finalmente comprarlos. No sabría por donde empezar a explicarles lo increíbles que son y lo espectacularmente bien que suenan. Ahora estoy escuchando detalles, en todas mis canciones, que antes pasaban desapercibidos. Ahora entiendo la diferencia entre un parlante de 40 y uno de 180. Ya publicaré en FayerWayer una revisión más detallada, pero si estás pensando en comprarlos, hazlo que no te arrepentirás.