- La Televisión Digital Terrestre (TVD o TDT) era una tecnología que hacía sentido la década pasada, pero hoy está obsoleta.
- Sin embargo los gobiernos del mundo, Chile incluido, siguen planificando la inversión de recursos — públicos y privados — para implementar esta tecnología hacia el 2020.
- Debemos frenar el avance de toda red digital exclusiva y excluyente (cómo TDT).
- El plan de “apagón analógico” para el 2020, no puede ser hacia otra tecnología que ya está obsoleta, pero hacia una red universal, versátil, libre y abierta como internet.
A continuación los dejo con 1.800 palabras para poner en contexto.
A un lado esperaba su turno para hablar el ejecutivo más importante de la mayor empresa de telecomunicaciones del sector privado, y al otro lado recién había terminado su disertación el representante más importante del sector público de las telecomunicaciones.
Ahora era mi turno con el micrófono.
Estábamos en el auditorio principal del Edificio Telefónica de Santiago — hasta ese momento la estructura más alta de la capital — celebrando un seminario sobre el futuro de la tecnología y las telecomunicaciones. La sala tenía su capacidad copada y se estaba transmitiendo en paralelo a una sala contigua, así como un streaming en vivo por internet.
Era mi oportunidad de oro.
Tener en una misma sala a las dos personas que mayor impacto estaban teniendo en el futuro de la infraestructura de comunicaciones de Chile, y si yo lograba hacer una presentación convincente, quizás hasta podría influenciarlos en la forma de pensar que muchos estábamos empezando a tener.
Pero no resultó como lo había imaginado.
Internet para todo
La primera vez que llenamos nuestro planeta de cables transcontinentales y transatlánticos fue para intercambiar telegramas durante la primera mitad del siglo XIX. Fue el telégrafo, antes que la luz. Una solución para transportar nuestras comunicaciones fue más prioritario que una nueva forma de usar energía.
Un sólo cable, que hacía una sola cosa: Mensajes en código morse, casi en tiempo real a casi cualquier rincón del planeta.
Ese mismo cable luego tuvo una evolución lineal, ahora podía transportar la voz humana y los mensajes escritos se convirtieron en mensajes hablados.
Rápidamente esa evolución dejo de ser lineal. Aparecieron las señales de radio y la comunicación se hizo inalámbrica. El propio mundo alámbrico tampoco se detuvo y ese cable único se convirtió en muchos tipos de cables distintos. Coaxiales y ópticos. Trenzados y blindados. Unipolares y pentapolares.
Predeciblemente el mundo inalámbrico se puso aún más complejo. Se dividió el espectro radioeléctrico en docenas de frecuencias reservadas para usos exclusivos y excluyentes. Cada una con sus ventajas técnicas y estratégicas, políticas y económicas.
Todos capaces de transportar texto y voz. Pero también video y un nuevo invento, la transmisión de datos que por definición era el equivalente a “todas las anteriores”.
Aunque todos hacían algo que el otro también hacía, eran incompatibles entre si. No podías escuchar la radio en tu teléfono o enviar un telegrama a una televisión. Ni siquiera podías enviar un mensaje de un computador a otro computador idéntico a menos que todos estuvieran conectados en la misma red.
Hasta que el 29 de octubre de 1969 nació Internet y cambió el rumbo de la humanidad.
Fin.
Todo mediante IP
Era mediados de 2009, a pocos meses de que se cumplieran 40 años desde que se enviara el primer mensaje por internet. Sin embargo, ahí estábamos, aún definiendo el espectro radioeléctrico que se iba a reservar para la infame Televisión Digital Terrestre (TDT o TVD).
Claro, a comienzos de esa década habían comenzado las primeras transmisiones públicas de Televisión en Alta Definición (HDTV). Ahora podríamos ver la ¡imagen en Full HD 1080p y el sonido digital! Podríamos transmitir por los aires ¡50 canales sin interferencia, en vez de sólo 5!
Los países corrían para repetir la historia de dividir el mundo en zonas geográficas donde se eligiera un “estándar” sobre otro. Así es, repetir la triste historia de duplicidad e incompatibilidad entre protocolos excluyentes que hacían lo mismo.
Grupos de políticos y ejecutivos de Asia, Europa, Norteamérica y Sudamerica se paseaban por el mundo — Chile incluido — promoviendo su propio “estándar”*.
*Prometo que dejaré de ponerle comillas a la palabra estándar en este contexto, porque creo que ya todos entendimos que es ridículo que algo sea considerado estándar cuando hay decenas de estándares paralelos que hacen lo mismo y son incompatibles — por lo que finalmente no son estándares.
¿Usaríamos ATSC como Estados Unidos? ¿Quizás lo mejor era DVB como los europeos? ¿O ser aliados de nuestros vecinos brasileños y adoptar ISDB-Tb, el nuevo estándar propio que ellos habían creado modificando el existente estándar japonés ISDB?
La respuesta a esas preguntas era más política y económica, que técnica. Al fin y al cabo todas hacían prácticamente lo mismo, aunque no fueran compatibles entre si.
Pero eso a internet no parecía importarle.
Mientras todos los anteriores destacaban usar MPEG-2 — ¡como los DVD! — la internet ya había pasado a MPEG-4. Mientras todos ellos celebraban poder contar con decenas de canales, en internet ya estábamos consumiendo decenas de millones. Mientras demostraban modificaciones a sus protocolos para ver ¡televisión! en tu móvil — con prototipos de antenas telescópicas incluidas — en internet ya teníamos al iPhone con YouTube y Netflix via 3G. En 2009.
Necesitamos pasar todo a IP
Así que ahora tenía una oportunidad única para proponerle al CEO de Telefónica Chile y al Subsecretario de Telecomunicaciones de Chile, que teníamos que fomentar otro camino. Uno dónde realmente todo se comunicara con todo.
Ese camino era — y sigue siendo — IP (Internet Protocol).
En 15 minutos y 23 láminas intente demostrar el argumento que todo se va a conectar con todo, que todo va a ser digital y que necesitamos pasar todo a IP — y por consecuencia la necesidad de mejorar nuestra infraestructura tecnológica y ser pioneros en acercar el mundo a Chile.
Mostré una lámina con toda la segregación del espectro radioeléctrico de Chile y la declaración de que en vez de continuar dividiéndolo para uso de tecnologías y protocolos excluyentes, debíamos trabajar hacia usar todo lo que se pudiera para internet.
Aunque nos tomara 10 ó 20 años, mientras antes empezáramos, mejor.

A juzgar por el panel de conversación que tuvimos después y por los comentarios que pude leer en Twitter, mi presentación no cumplió el objetivo. El diario Las Últimas Noticias publicó un artículo sobre la charla destacando que “el mundo hiperconectado no dejará fuera ni los vasos de leche”, por lo que algo de mi presentación (el internet de las cosas) si fue escuchado, pero no lo que más me importaba.
Quizás traté de mezclar muchos temas en muy poco tiempo, quizás mis ejemplos no fueron los mejores, quizás fue el nerviosismo de no haber ensayado la presentación lo suficiente. Pero hoy todo eso da lo mismo — aunque miro la presentación que hice el 2009 y efectivamente la ejecución fue pobre (la pueden descargar en PDF para llorar conmigo).
La presentación fue un fracaso.
Un protocolo para todo
Pero corren los años y el argumento sólo se hace más evidente.
Debemos pasar todo a IP.
Si, concedo la necesidad de tener pedazos del espectro que deben ser exclusivos para uso militar o de servicios de emergencia, pero no podemos estar reservando pedazos para usos tan limitados como escuchar música o ver películas. Si fuera internet, se podría usar para eso y además para otras cosas.
El mismo Subsecretario de Telecomunicaciones del primer gobierno de la Presidenta Bachelet, Pablo Bello, ha declarado estar “100% de acuerdo” con mi posición que ya no hace sentido una transición hacia la TDT.
Por eso me da una impotencia tremenda cuando veo en el 2015 a la Presidenta Bachelet orgullosa promulgado la Ley de Televisión Digital, requiriendo una inversión de cientos de millones de dólares, para que el 2017 se cubra al 15% de la “zona de servicio” con HD. Esto en un país que ya tiene dispositivos capaces de sintonizar contenido en 4K o Ultra HD — cuatro veces la resolución de la TVD — y donde el 78.3% de todas las conexiones a internet está sucediendo en celulares.
Así es, hoy vemos tanto contenido “televisivo” en el móvil como en el televisor y en los próximos años sólo aumentará el uso del móvil, mientras que cada año se venden menos televisores — y la tendencia es que más de la mitad de los televisores que se venden traen algún tipo de conexión a internet.
Entiendo que el 2009 la TVD/TDT todavía haya sido parte de la conversación, pero lo que ha sucedido en los últimos 7 años ha cambiado el panorama completamente.
El mismo Subsecretario de Telecomunicaciones del primer gobierno de la Presidenta Bachelet, Pablo Bello, ha declarado estar “100% de acuerdo” con mi posición que ya no hace sentido una transición hacia la TDT.
Ver declaraciones del 2015 donde la Presidenta justifica beneficios como que “en el mismo espectro en el que hoy transmite un canal de televisión, en el nuevo sistema se podrán emitir hasta 6 señales” cuando hoy por internet podemos multiplicar un canal por cientos de millones de creadores de contenido.
Leer que destaca el hecho que con TVD se va a reservar “40% del espectro para canales regionales, locales y comunitarios y 2 señales para contenido cultural y educativo” cuando por internet no es necesario reservar nada, y en vez de un impacto tan insignificante podemos tener miles de millones de ‘señales’ regionales, locales, comunitarias, culturales y educativas.
Muchos me responden que la televisión abierta es una necesidad, que poder sintonizar televisión “gratis” es un derecho.
Pero el espectro radioeléctrico no es “gratis”, hay un valor grande entregado a los titulares de las concesiones de transmisión televisiva para su uso. Aunque el espectro no se pueda ver, es tan nuestro como los glaciares y ríos.
Así como tenemos una ley que entrega concesiones para el uso del espectro radioeléctrico, con deberes y derechos para los operadores, podemos tener leyes para que los concesionarios puedan usar las redes IP nacionales para transmitir su programación “abierta”.
Más encima una de las exigencias es que sigan invirtiendo en infraestructura de transmisión que sólo servirán para multiplicar por 6 la cantidad de canales de TV — y 2 señales culturales y educativas.
Que la inversión que iban a hacer en más antenas de televisión, sean hechas en más antenas para acceder a internet.
Que se fomente en mejorar la infraestructura de 4G y muy pronto 5G. ¡No TVD!
Que el plan de “apagón analógico” para el 2020, no sea hacia otra tecnología que ya está obsoleta, pero hacia una red universal, versátil, libre y abierta como internet.
Porque todo debe funcionar sobre IP.
Nota 1: Si, es a propósito que todos los títulos a lo largo del texto están reforzando exactamente la misma idea, ya que quizás toda esta extensa columna se podría haber resumido en las tres palabras que la titulan.
Nota 2: Oliver Flögel y Pablo Bello eran los otros dos participantes del panel mencionado al comienzo de este texto, representando al sector privado y público de las telecomunicaciones, respectivamente. Ambos compartían esta visión y fueron grandes responsables de la masificación del acceso a internet durante el tiempo que ejercieron sus cargos. Flögel fue el responsable de la introducción de los primeros smartphones y redes 3G en Chile, mientras Bello lideró la instalación de una red de fibra óptica que hoy cubre los rincones más lejanos del país.
Actualización 1 (13/05/16): Corregida la frase “78.3% de todo el tráfico” por “78.3% de todas las conexiones”. (Gracias Francisco!)
Actualización 2 (15/05/16): Ignacio Rodriguez (@micronauta) me apuntó hacia un post que publicó el 2006 dónde ya estaba hablando sobre esto:
“La misma funcionalidad que prestan esas normas para la recepción de señales de TV digital sobre teléfonos móviles puede ser provista por las redes móviles actuales y el IP multicasting. Hoy las compañías de telefonía móvil ya pueden ofrecer video en sus teléfonos, y con algunas mejoras pequeñas en sus redes (activación de multicast), podrán competir con la TV y la radio sin tener que pedirle permiso al gobierno o a las cadenas de TV.” Ignacio Rodriguez, 16/05/2006
Y que pasa con las zonas sin acceso a Internet?
Y que pasa con el ancho de banda de una misma conexión para múltiples dispositivos en un hogar?
Tu crees que es más importante invertir en dar acceso a TV en HD a esas zonas o invertir en dar acceso a internet en esas zonas? La televisión actual sigue existiendo hasta que podamos reemplazarla con soluciones IP, pero no invertir en una tecnología que ya está obsoleta para que sea “el futuro”.
El ancho de banda sigue aumentando de forma exponencial. 5G, que ya debería estar definido e implementado para el planificado “apagón analógico” del 2020 es capaz de entregar ancho de banda de sobra. Y si falta, se sigue avanzando e invirtiendo en mayor infraestructura de internet — ¡pero no para TVD!
Para supuestamente ser un “conocedor” en tecnología, podrías averiguar primero la diferencia entre “78.3% de todo el tráfico de internet está sucediendo en celulares” y “78.3% de las conexiones a internet está sucediendo en celulares”.
Y no, no es la única información errónea que encontré en el artículo.
Gracias, fue un error en la redacción, corregido!
Muy agradecido si pillas otros errores que me ayudes a encontrarlos, probablemente haya más de uno.
hay algo que me hace ruido. La cantidad de antenas necesarias solo para transmitir, esto es, una comunicación unidireccional (broadcasting), es menor que las que se necesitarían para una comunicación bidireccional (IP). ¿por qué? porque en la
primera no es necesario acercar las antenas a los dispositivos de los televidentes. Si se creará una red inalámbrica de transmisión basada en IP, cada aparato receptor tendria que transmitir datos para solicitar un canal de tv. El problema es que un aparato receptor, que podría ser un smartphone, tienen un bajo alcance de transmisión y necesitan siempre una antena cercana, lo que reduce el problema a uno ya conocido, el problema de cobertura de los operadores 3G/4G. Estas redes, que tienen un altísimo costo de infraestructura no siempre
son capaces de satisfacer a todos los
Clientes.
Mi punto es que crear una red inalámbrica IP para la transmisión de televisión escapa lejos del objetivo inicial de transmitir señales de tv, aumenta los costos para él implementador y para los televidentes y se solapa con el desarrollo de otras tecnologías 4g 5g etc
Justamente lo que insisto en el artículo es no crear una red digital paralela para TV, si no usar las redes existentes. Mi opinión es que debemos invertir en más y mejores redes 4G, mañana 5G, etc.
Una sola red: Internet.
Totalmente de acuerdo, pero con los planes de datos actuales, con Movistar poniendole límite a la banda ancha, mmmmmm
Eso va a cambiar, ya sea por regulación, por las eficiencias de 5G o usar mecanismos distintos de streaming/descarga como P2P.
En este artículo hay dos cosas que se están mezclando y que deberían ser tratadas independientemente. Primero es el tema de IP como protocolo universal de transmisión. Y segundo, y un tema muy diferente, es cómo accesar esta fuente, ya sea a través del espectro abierto, cable, fibra o inalámbrico, el acceso universal incluyendo zonas remotas.
En el primer punto, las ventajas técnicas de IP son tan amplias que muy poco es el debate que se necesita. De hecho, si Chile escoge seguir el estándar ATSC 3.0, efectivamente estaría escogiendo IP, ya que es el modelo de transmisión, incluyendo canal de retorno, como se explica aquí: http://atsc.org/newsletter/atsc-3-0-where-we-stand/ .
El segundo punto es mucho más abierto al debate, pero de nuevo, si Chile escogiera ATSC 3.0 sobre el aire, básicamente se cumpliría lo que usted está proponiendo de usar “una sola red” para todo. Un camino mucho más difícil sería forzar a los operadores privados a proveer un servicio 4G/5G de calidad en todas partes del país, o que el Estado compita con ellos a través de una red de dominio público.
ATSC 3.0 no es la panacea de un servicio full de Internet para todos, pero lo perfecto es enemigo de lo bueno.
Lo dices en tu última frase, lo que necesitamos es “un servicio full de internet para todos”. Entregar internet, no televisión. Si quieren usar la internet para videos/streaming (“televisión” en su televisor), lo pueden hacer.
Sabes porque se prefiere invertir en television digital en vez de tecnologia IP? porque ella abarca a zonas donde no hay siquiera señal celular. La idea de la television es entregar contenido y no interactuar con el usuario.
“Porque todo debe funcionar sobre IP.” humildad ante todo eh?
Salomon, no es necesario acabar con la cobertura de TV tradicional hasta el 2020 (el “apagón analógico” que ya tiene programada la Subtel de Chile), pero no empecemos a preparar una sucesión hacia TVD, si lo único que importa es abarcar “zonas donde no hay siquiera señal celular”, tal como tu dices. Ese debe ser el foco, no preocuparse de abarcar esas mismas zonas sólo con TV, por muy TVD que sea.
Hola Leo,
Una parte idealista en mí apoya la idea de la convergencia. Sería lindo tener todo en IP.
Pero hay un montón de desafíos técnicos y económicos que hay que tener en cuenta. Voy a comentar algunos puntos.
Primero, la TVD no sería más exclusiva de lo que internet ya es, en cuanto acceso, obviamente sí en cuanto al origen del contenido, que estaría concentrado en unos cuantos oferentes.
Cuando dices que la TDV está obsoleta, como tecnología, es *muy* discutible. ISDB-T por ej., anda por ahí con LTE. Ahora, si te refieres al concepto, como servicio, estoy de acuerdo.
Otra cosa. No estoy seguro de si dimensionas bien la cantidad de ancho de banda mínimo que se requiere para entregar un servicio de TV tradicional. Porque la TVD justamente, busca hacer un upgrade tecnológico, pero en cuanto a servicio poco cambia. Mover la TV hacia IP implicaría un cambio de paradigma (probablemente hacia algo más on-demand, que es *otro* servicio) que no sé si los stakeholders estén dispuestos a asumir. Por lo tanto, pedir que los proveedores de TV se muevan a internet es básicamente sinónimo de acabar con la TV tal y como la concebimos.
Por último, es verdad que hoy podemos ver videos en HD desde redes 4G o via el internet de la casa. Pero poner a un gran porcentaje del país a ver un programa en hora punta, más encima en HD, via internet, no me parece viable. Internet no está hecho para entregar contenido estático. Una solución, sin embargo, sería entregar recursos reservados en la infraestructura de internet chilena para el tráfico de TV. Google hace algo parecido a nivel WAN.
Por otro lado, si bien es físicamente posible hacer pasar 4G o WiMAX (o cualquier tecnología de acceso, incluso puede ser ISDB-Tb) sobre la banda UHF para entregar internet, igual habría que modificar todos nuestros dispositivos, que ya no serían compatibles.
En conclusión, hacer uso de otras bandas, en particular de bandas no consideradas en los protocolos originales, implica de todas formas modificar o bien adoptar nuevos estándares. Los protocolos de acceso y enlace no cumplen las mismas características de interoperabilidad que cumple IP. Además, cada banda tiene ciertas condiciones particulares de propagación (por ej. LTE sin la banda de 700 MHz no es óptimo), lo que trae consigo desafíos adicionales.
De todas formas, es un tema que vale la pena debatir. Le daré más vueltas.
No habia regresado tu sitio web por un tiempo, porque me pareció que era pesado, pero los últimos articulos son de buena calidad, así que supongo que voy a añadirte a mi lista de sitios web cotidiana. Te lo mereces amigo. 🙂
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