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Entrevista para revista Mira por Federico Willoughby.

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FOTO FELIPE SCHIFFRIN

Hace un mes me llamó Federico Willoughby para hacerme una entrevista para la revista Mira. Durante más de una hora, hablamos de todo. Saltando de un tema a otro, escapándonos por las ramas y volviendo por las raíces. Este fue el resultado, en el que Federico ordenó esa conversación dispersa e hipercinética en una entrevista clara y precisa. Gracias Federico, Felipe, Mana y Hernán!


¿De qué hablamos cuando hablamos de cultura digital en un país donde casi todo se sigue haciendo en cuadruplicado? Responde Leo Prieto, principal promotor de la masificación del uso de Internet en Chile.

POR FEDERICO WILLOUGHBY

Leo Prieto descubrió a los 15 años que una red conectaba los centros de poder de todo el mundo. Una red que durante años había sido utilizada por tipos de cotona blanca para comunicarse, mover información y, eventualmente, estar listos por si había un ataque nuclear o una invasión extraterrestre. Poco después supo que la red esa se llamaba Internet y que, gracias a nuevos programas, los tipos de cotona blanca habían decidido concentrarse en la versión 2.0 de esta red y pondrían la original a disposición de la gente. Bueno, de la gente que entendiera algo sobre el asunto. Y Leo Prieto entendía. No mucho, pero sí lo suficiente para querer entender cada vez más. Primero, haciendo elementales páginas web −la primera la hizo en 1995 y todavía se puede ver en web.archive.org−, y luego convirtiéndose en un avezado diseñador, que armó su primera empresa (ImageMaker) y se fue haciendo un tipo indispensable a la hora de pensar al mismo tiempo en Chile y en tecnología.

Y no es una exageración: Prieto, que todavía no tiene 30 años, se codea con gente como el senador PPD Fernando Flores; dicta charlas de tecnología por todo Chile; evangeliza sobre los blogs; postea sobre más tecnología en su propio sitio (FayerWayer.com); hace diseños y videos para grupos musicales como CHC y Original Hamster, y ya va en la versión 2.0 de su sitio de avisos clasificados en Internet (Zimio.cl). Y mientras coordina todas estas actividades desde su propia empresa, Aardvark, diseña un modelo de negocios viable para Saborizante.com, la guía de cartelera cultural que le construyó a su hermana de puro paleteado que es y que hoy es acosada por avisadores deslumbrados con lo útil y visitado del sitio que armó. ¿Genio? ¿Visionario? ¿Demente obsesivo? Quién sabe, quizás Prieto sea un poco de todo eso, o quizás es simplemente un ciudadano digital, un extranjero en el mundo de lo real. Veamos...

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FW - Se habla mucho de los blogs, pero hasta ahora no son muy diferentes de las páginas personales simplificadas. La esperanza de vida de un blog no supera los 7 u 8 meses y, después de eso, las entradas se tornan irregulares.
LP - "Ojo, que eso pasa más que nada a nivel personal. El fenómeno de los blogs al que estamos asistiendo tiene que ver con las empresas: a nosotros nos están llamando más empresas que nunca para hacer blogs, y el fenómeno es muy interesante. Hay clientes como Carozzi, o el Metro, que nos están llamando para tener un blog complementario a su sitio web. No es el centro de servicio al cliente, es un canal de comunicación más informal y más cercano."

FW - ¿O sea que la diferencia es sutil como un tono de voz?
LP - Fernando Flores me hizo darme cuenta de la magnitud del cambio que significan los blogs. No sólo son un tipo de página web: representan un cambio en la forma como se comunica la gente con sus amigos y las empresas con sus clientes. Con los blogs, las empresas se acercan a un nivel al que las personas pueden acceder, es un punto de encuentro muy interesante. Son otro síntoma de que el ser humano está dejando de ser pasivo y pasando a ser mucho más activo.

FW - ¿A qué te refieres con ser más activo?
LP - La teoría de ese ser activo es la democracia, donde uno cada tanto va y vota por el que uno quiere que salga. Lo que tampoco es tan así, porque uno vota por el que mejor se publicita. Pero ése es un nivel de actividad mínimo: gente que va una vez cada 4 años a participar. En cambio ahora, gracias a la tecnología, empiezas a participar en muchos más niveles. Wikipedia es el mejor ejemplo de eso: gente participando activa y solidariamente para tener un gran centro de información, donde se apoyan. Ellos mismos van construyendo la información para que otros la puedan ver.

FW - Y aparecen tópicos que sí pueden estar en Wikipedia, pero no en medios más tradicionales como la Enciclopedia Britannica...
LP - Un punto de interés quizás no dé para la Britannica, pero si Wikipedia es de la gente, entonces tiene temas que a un grupo o a un nicho sí le pueden interesar. Después hay sitios como Digg.com, donde la gente está decidiendo sobre los artículos de prensa que le interesan; no solamente están leyendo el artículo, sino que votando están ayudando al que viene después de ellos. Y lo interesante es que, por ejemplo, si un tipo entendió mal y dice que el nuevo MacBook va a salir en color verde y lo publica, en Digg rápidamente se puede saber cuándo una noticia no es cierta. Eso debería pasar en la política también, debería traspasarse a todas las áreas.

FW - ¿Cómo describirías la visión que te mostró Fernando Flores?
LP - Fue con el tema de los blogs. Yo tenía un blog desde hacía dos años cuando él me invitó a conversar con él. Empieza a hablar que esto era gigante, que esto es mucho más grande de lo que parece, que muy poca gente se ha dado cuenta del gran cambio que puede provocar. Y yo me daba cuenta de que cuando iba a hacer talleres con Fernando, la reacción de la gente era muy impresionante, como si realmente le hubieran mostrado algo que no podía entender. La promesa de que todos podíamos tener una página web era cierta, y sibien Geocities lo ofreció en un momento, aun así tenías que construir tu página. En cambio con los blogs era como abrir una cuenta de email y publicar. Lo simplificaban en la idea de que lo que tú haces en una página web es publicar contenidos. Puedes tener un blog para una tienda de cinturones de una niñita que está en la universidad... Es tan flexible que al final lo puedes usar para cualquier cosa. Esa promesa de que tú te metías en Internet e ibas a encontrar toda la información del mundo y que antes no pasaba, ahora sí podía pasar: hay más gente que nunca creando contenidos, mucha más gente participando, mucha menos gente pasiva. Otra cosa impresionante es que todavía hay amigas mías que me dicen me acabo de abrir un blog: no fue un boom, no fue una moda, hay gente que todavía se sigue enganchando con esto, que lo escuchó, que se aburrió de escuchar la palabra... y de repente se dan cuenta de que ellos están ahí con un blog.

FW - De acuerdo, ¿pero qué pasa con la implementación de esta cultura digital a nivel país? Con el comercio electrónico, con la democracia electrónica...
LP - Ése es exactamente el punto: el problema está a nivel país. Se critican tanto la educación, la salud, la seguridad ciudadana y no puedo creer que haya tanta gente que no vea que la tecnología va de la mano con todas esas problemáticas. Creo que en gran parte es porque la gente todavía tiene miedo y piensa que la tecnología le va a quitar la pega, que nunca va a poder entender y participar de ella. Es un poco el dilema del huevo o la gallina. Cómo puede el gobierno estar implementando una determinada tecnología cuando la gente no lo siente una prioridad. El mismo gobierno debe partir, quizás, por comunicar qué es lo que puede pasar, qué beneficios podría haber, pero tiene que tomarlo como uno de sus focos principales. Antes de enseñarle a alguien a hacer un blog, hay que mostrarle qué puede lograr con eso, cuál es la gracia.

FW - ¿Qué aplicación has visto en ese sentido que te haya gustado?
LP - El Servicio de Impuestos Internos (SII) fue un gran validador de la tecnología en Chile. Imagínate que todas las otras ramas del gobierno empezaran a imponer el uso de Internet en sus comunicaciones, podrías crear tu propio perfil, podrías ver tu historial médico, no sé... y que todos los servicios de salud de Santiago estuvieran interconectados. Y en Educación también, no como un Enlaces, que es un proyecto piloto de lo que puede pasar, sino algo en serio. Todos los colegios tienen que tener Internet y no de 64 ó 128 kbps... Internet para un colegio tiene que ser de 10 ó 20Mbps, para que realmente se puedan ver videos en tiempo real, intercambiando, haciendo videoconferencias con otros colegios, comunicándose.

FW - Si el gobierno no lo aplica en todos lo casos, ¿el tema no debería interesar a los privados?
LP - ¿Pero cuál es el incentivo de un privado por invertir plata en cosas si ya está ganando plata con lo que tiene? Se necesita, creo yo, un ente director y fiscalizador... Yo no creo en el mercado completamente libre, ni tampoco en el Estado manejándolo todo.

FW - Una tercera vía...
LP - Una tercera vía, exactamente. Ni el capitalismo absoluto ni el comunismo absoluto funcionan, tienen que equilibrarse. El punto es que el gobierno debe tener un plan. Así como John F. Kennedy dijo vamos a llevar al Hombre a la Luna, que era un plan loquísimo, pero era su plan y lo consiguió, logrando de paso que todo el país se uniera apoyando.

FW - ¿Cuál sería tu plan?
LP - Tendría que pensarlo más. Pero si lo tuviera que decir ahora, hay que enseñarle a todo el país cuál es la importancia de la tecnología, en qué nos puede ayudar Internet y la sociedad de la información, como diría la presidenta Bachelet. El segundo paso sería preocuparnos de que las empresas entregaran el mismo servicio, que cualquier ciudad pueda acceder a todos los servicios. No puede ser que porque en Santiago tengamos conexión de 100MB, lo que en ninguna otra parte de Latinoamérica hay, exista la sensación de que somos líderes tecnológicos. Porque vas a Pirque y no tienes banda ancha ni ningún tipo de conexión que no sea telefónica... Yo me fui a vivir tres meses a la playa y no tenía banda ancha, me tuve que volver a Santiago. Todo el mundo está yéndose a los centros urbanos porque a las empresas sólo les interesa poner sus servicios acá, no hay ningún incentivo para que las empresas empiecen a ofrecer ese mismo servicio en cualquier parte de Chile. No puede ser que yo en mi oficina esté pagando por una conexión de 2 Mbps y con suerte ande a 600 kbps... No estoy recibiendo la velocidad que estoy pagando... Y yo soy alguien que algo sabe, ¿qué pasa con mi mamá que no tiene idea de lo que está recibiendo? Quizás ella debería pagar la mitad, porque ni siquiera recibe la velocidad que está pagando...