El tiempo lo marca la Tierra (TEDx Frutillar)
Mi charla para TEDx Frutillar en el alucinante Teatro del Lago frente a un salón lleno de 1.200 personas con una energía desbordante. (Pronto en YouTube)
Hola Mundo, mi nombre es Leo Prieto y hoy les quiero compartir cómo vamos a resolver las mayores crisis de nuestra era — la crisis ambiental, social, económica, educativa, de confianza, seguridad, ¡todas!
La clave es... el tiempo.
(30 segundos de silencio.)
Vivimos en una sociedad cada vez más acelerada, pero no avanzamos más rápido; solo cometemos más errores.
Celebramos la velocidad como indicador de progreso.
Creemos que más rápido es mejor, y priorizamos soluciones rápidas a problemas grandes o pequeños.
Si son baratas, mejor aún: rápido y barato.
Pero las soluciones rápidas y baratas solo pueden ser temporales, nunca duraderas, pero no importa, ¡son rápidas y baratas!
Hacemos esto a pesar de que sabemos que sólo estamos posponiendo el problema hacia el futuro y sólo hacemos que la solución se vuelva cada vez más cara.
Bueno, ese futuro llegó y también nos llegó la cuenta, y es extremadamente cara.
Llevo más de 30 años trabajando en tecnología, en internet e inteligencia artificial, industrias que persiguen la velocidad porque eso es lo que vende, lo que nosotros compramos.
Nuestra creencia es que al ser más rápido, ahorramos más tiempo.
No hagas la fila para pagar las cuentas, no compres verduras en persona, no cocines un completo, ¡no escribas esta charla TED! Ahorra tiempo y paga online.
Pero ¿a dónde va todo el tiempo que supuestamente ahorramos?
Cuando fui padre por primera vez y tuve la suerte de traer una vida al mundo, aprendí a pensar a largo plazo: Ahora era responsable de una vida por varias décadas más.
Cuando empecé a plantar árboles con mi familia, aprendí que:
El tiempo lo marca la Tierra. No el ingenio humano.
Los días los marca el Sol, los meses la Luna y el año las estaciones. No mi reloj.
Ambas experiencias me enseñaron que los grandes desafíos toman tiempo:
Las soluciones rápidas no duran y el tiempo no se puede ahorrar.
Decidí usar nuestra mayor fortaleza para tratar de resolver nuestro mayor problema, aprovechar adelantos tecnológicos para proteger el equilibrio ecológico.
Hace 80 días cumplimos un sueño.
Alcanzamos una meta que parecía inalcanzable y descubrimos que no era imposible.
El 16 de agosto de 2024 pusimos en órbita ‘Lemu Nge’ (Ojo del Bosque), un satélite pequeño, del tamaño de una caja de zapatos, con una cámara sofisticada que identifica especies de árboles desde el espacio.
La revista de tecnología más importante del mundo lo llamó el ‘primer satélite de biodiversidad’.
Fue un hito que no esperábamos, pero reveló algo que ya sabíamos: de los 11.000 satélites en órbita, solo unos pocos caracterizan nuestra naturaleza.
Y fue así como, una pequeña empresa chilena, de aquí en Frutillar, fue la primera del mundo en lanzar un satélite para la biodiversidad.
¿Cómo lo logramos?
Tratando de resolver un problema grande y aceptando que no iba a ser fácil ni rápido, ni muchos menos barato. Cómo las personas que soñaron este Teatro.
Pero no nos demoramos 10 segundos en lanzar un satélite.
Nos tomó más de 6 años de aprendizaje, fracasos y atrasos desde el momento en que dijimos:
‘Parece que falta un satélite más, y parece que vamos a tener que lanzarlo nosotros’.
No sabíamos mucho de satélites y nadie en el equipo lo había hecho antes, pero sabíamos que todo se puede aprender, mientras tanto se improvisa: se hace lo que se puede con lo que se tiene — y para todo lo demás, se pide ayuda.
Porque nadie nunca logra nada solo.
A todos nos da vértigo pensar en grande. No todos queremos tener grandes sueños, ponernos la vara alta o cambiar el mundo, y está bien.
Si yo soy solo 1 de 8 mil millones de humanos, soy una fracción minúscula de la humanidad. ¿Cómo voy yo a cambiar el mundo?
Malas noticias.
Irónicamente, aunque no queramos cambiar el mundo, todos lo estamos haciendo — a una velocidad sin precedentes.
Tomamos decisiones en instantes que tienen impactos que duran una eternidad, especialmente cuando evitamos pensar en esa eternidad.
La solución rápida y barata es la que profundiza todas nuestras crisis.
Por eso, mi desafío para ustedes es este: en lugar de elegir rápido y barato, persigamos lo duradero y valioso.
No preguntemos, ¿qué tan rápido podemos resolver este problema?
En cambio, preguntemos, ¿cómo queremos que esto se vea en 1 siglo más? ¿O dos? ¿O tres?
Les pido que pensemos más allá de hoy, más allá de este año, más allá de nuestras propias vidas.
Mientras más grande el desafío, más grande el plazo.
Es más importante la brújula que el cronómetro.
Una vez que sabemos a dónde queremos llegar, construyamos el camino hasta el presente. Comencemos dando un paso hoy y otro mañana. A medida que avanzamos, aprendemos, ajustamos el camino, la meta o el plazo.
Sin prisa, pero sin pausa.
Roma no se construyó en un día, pero cada día se ponía un ladrillo.
Paciencia y persistencia, por sobre la urgencia.
La paciencia no es algo pasivo; es un acto consciente y deliberado. Nos invita a planificar, prepararnos, aprender y pedir ayuda, especialmente cuando perseguimos soluciones para múltiples generaciones.
Y la persistencia sólo se logra cuando perseguimos algo en lo que creemos y sólo se alcanza con inteligencia colectiva, porque sólo juntos podemos llegar lejos.
Todavía parece difícil de creer que Lemu Nge está operativo y en órbita, funcionando impecablemente, superando nuestras expectativas más optimistas.
Hoy ya está generando datos de la naturaleza de todo nuestro planeta, datos que aportarán valor a la inteligencia colectiva de la humanidad por muchísimos siglos más.
Esto lo logramos gracias a la ayuda de muchísima gente, algunas que están aquí presentes hoy, ¡porque nadie nunca logra nada solo!
¡GRACIAS! A todo el movimiento de humanos acercándonos cada vez más a vivir en equilibrio con todas las especies y ecosistemas, porque para resolver esta crisis nos necesitamos a todos.
Y con eso, querido público, hemos llegado al final de mi charla TED en la que no buscaba más que compartir con ustedes la sabiduría de nuestra Patagonia que nos recuerda que:
— ‘El que se apura, pierde el tiempo.’ - Sabiduría Patagónica
— ‘Lento es suave, suave es rápido.’ - Fuerzas Especiales de EEUU
— ‘Visteme despacio, que tengo prisa.’ - Napoleón Bonaparte
— ‘Cuanto más te apresuras, más despacio avanzas.’ - Budismo Zen
— ‘La naturaleza nunca se apura, sin embargo, todo lo logra.’ - Tao Te Ching
Yo creo que el punto ya queda claro. Toda la humanidad sabe esto hace milenios y sin embargo se nos olvida que:
— ‘Paciencia y persistencia, por sobre la urgencia.’ - Sabiduría Frutillarina
Así que les pido, por favor, midamos siglos, no segundos.
Largo plazo por sobre corto plazo.
Sólo así seremos capaces de alcanzar metas que hoy parecen inalcanzables.
¡Muchas gracias!