Premio Nacional de Innovación • Avonni 2024

Leo Prieto, ganador del Premio Avonni 2024: “Acortar la brecha de datos de la naturaleza es una meta que va a requerir décadas.”

Premio Nacional de Innovación  • Avonni 2024
El desafío es contundente, reconoce el CEO y fundador de Lemu, startup que recientemente puso en órbita el primer satélite privado de Chile, y el primero diseñado exclusivamente para observar la biodiversidad de la Tierra.

POR SOFÍA MALUENDA PARA INNOVACIÓN EL MERCURIO


Leo Prieto define en una sola palabra cómo se siente tras haber sido distinguido con el premio a la Trayectoria Innovadora Anacleto Angelini: “Agradecido.” Un reconocimiento que, dice entre risas, recibe con “más arrugas, menos pelo y más guata”.

“Es una gran alegría recibir un reconocimiento a la trayectoria, porque es un reconocimiento a la paciencia y la persistencia, a la inteligencia colectiva, ya que nadie logra nada solo”, dice emocionado el emprendedor, quien está “radicado y enraizado” en Frutillar hace cinco años, después de ocho años viviendo entre Valdivia y Santiago.

Hace unos meses, el CEO y fundador de Lemu, startup chilena que desarrolla soluciones tecnológicas e indicadores aplicados al territorio y medio ambiente, hizo historia tras poner en órbita el primer satélite privado chileno, y el primero diseñado exclusivamente para observar la biodiversidad de nuestro planeta: Lemu Nge (“Ojo del Bosque”).

¿Fue el lanzamiento del primer satélite privado de Chile el momento cúlmine de esta trayectoria?

“El momento más innovador de mi trayectoria fue el 12/12 de 2011, cuando llamé a las 8 AM a una amiga para invitarla a cenar ese mismo lunes en la noche y declararle mi amor a los 10 minutos de habernos sentado en el bar. El 12/12/12 a las 12:12:12 aceptó que yo fuera su marido y desde ese momento cúl-mine, mi trayectoria cambió. Ella se llama Eva Siebert y junto a mis tres hijos son los momentos que cambiaron mi vida, mi trayectoria, para siempre, y permitieron todo lo que vino después.

Todavía me cuesta creer que tenemos a Lemu Nge (Ojo del Bosque), nuestro satélite, en órbita y generando datos de la naturaleza de nuestro planeta, aportando valor a la inteligencia colectiva por muchos siglos más. Para mí, el momento cúlmine de toda esta misión ha sido a cuatro días de haber entrado en órbita, cuando obtuvimos 'primera luz' o la primera prueba de la cámara y el resultado fue una imagen perfecta: todo estaba funcionando mejor de lo esperado, y en tiempo récord!

Recién ahí pudimos dimensionar los usos y el valor que será capaz de generar, superando nuestras expectativas y ampliando sus aplicaciones. Ese ha sido el hito más alucinante, un logro extraordinario que habla del equipo humano más que de la tecnología detrás”.

¿Qué ha sido lo más desafiante de su trayectoria como emprendedor?, ¿y lo más gratificante?

“Lemu es mi sexto emprendimiento y creo que recién es el primero, o segundo, en el que realmente siento que aprendí a armar equipos. Los primeros años, con mis primeros emprendimientos, creo que lo que más me costó fue ser consistente en crear una cultura y un equipo con valores y objetivos comunes.

Cuando uno está partiendo hay una ansiedad y desesperación por aceptar casi cualquier interesado, ya sea al elegir inversionistas, socios, colegas, empleados, clientes o proveedores. No hay duda que tenemos que llegar a fin de mes, pero ese apuro muchas veces nos hace equivocarnos y tomar decisiones que resultan no ser las ideales a largo plazo. Contratar con prisa o encandilados por postulantes con infinitos pergaminos, hacer que un equipo crezca muy rápido, diluyendo y perdiendo su cultura. Es uno de los peores errores que puede cometer un emprendedor o emprendedora. Para mí, sin duda, ha sido mi mayor desafío, creando equipos que han sido de lujo, hasta la mala elección de algunos integrantes que pueden tener un impacto devastador en la cultura, algo que generalmente se pierde para siempre o al menos deja de ser auténtico. Hoy priorizo siempre compartir valores y objetivos por sobre cualquier currículum o diplomas.

Lemu es lejos el mejor equipo que he podido reunir en mi vida, es un lujo para mí trabajar con cada una de las personas que lo integran. Un equipo realmente cohesionado en el propósito, los objetivos y valores, partiendo por la amabilidad, empatía y curiosidad.

Por lo tanto, lo más gratificante de mi trayectoria como emprendedor han sido precisamente los equipos que he podido crear. En todos mis emprendimientos he logrado momentos en los que he estado rodeado de personas de las cuales aprendí, me inspiré, me acompañaron, me ayudaron y me potenciaron de por vida. Se me vienen tantos rostros y nombres a la cabeza que es sobrecogedor”.

¿Qué novedades se vienen para Lemu?

“Estamos muy optimistas viendo la recepción que están teniendo los resultados que ya estamos siendo capaces de generar con nuestras redes neuronales, metodologías e indicadores territoriales. Estamos trabajando con organizaciones de todo tipo, públicas, privadas, filantrópicas y académicas, de Chile y el resto del mundo que están interesados en compartir aprendizajes o encontrar soluciones a un problema que nos necesita a todos.

El desafío en el que nos embarcamos es contundente: acortar la brecha de datos de la naturaleza es una meta que va a requerir décadas hasta alcanzar un conocimiento suficiente, debido a lo vasta y fractal que es nuestra biosfera. Sabemos que no va a ser fácil ni rápido, ni mucho menos barato, pero la positiva reacción que estamos teniendo en todos los niveles, nos ayuda a validar la necesidad que hemos identificado y la ruta que debemos seguir.

Se vienen muchas novedades que iremos anunciando a medida que avancemos, partiendo por el lanzamiento de Atlas a comienzos de 2025 (...) En enero liberaremos la primera versión, una plataforma de inteligencia de la naturaleza a escala global, con información territorial de agua, biodiversidad, carbono, clima, gases, vegetación, riesgos y mucho más”.

En cuanto a metas para el próximo año, cuenta, entre otras cosas, que ya están pilotando con los primeros clientes y esperan multiplicar por diez su base de clientes durante 2025, viniendo de industrias tan diversas como agricultura, minería, aerolíneas, banca o seguros.


Publicado originalmente en Innovación del diario El Mercurio.