Quiero un televisor inteligente
Después de casi 10 años de espera, Chile finalmente decidió la norma de televisión digital que cubrirá los aires de nuestra loca geografía.
Si todo sale bien, antes del puntapié inicial de la Copa del Mundo Sudáfrica 2010, cualquier persona con un televisor capaz de sintonizar la norma japonesa ISDB, podrá ver la transmisión televisiva más nítida y colorida de toda nuestra historia.
Todavía quedan al menos 8 años para que las transmisiones análogas sean cortadas por completo y los viejos televisores queden obsoletos. Pero después de 10 años de espera, la sola idea de una norma de televisión digital terrestre ya está empezando a sonar igual de añeja. Viendo cómo nuestros hábitos de consumo han cambiado en la última década y viendo que nos demoramos 10 años en tomar una decisión para el país — y eso es cuando nos apuramos — ya tenemos que empezar otra discusión que es más importante que la norma de televisión digital terrestre.
¡Viva ISDB-Tb!
Es mi creencia que la decisión del gobierno por adoptar la norma japonesa fue la más acertada. Es la más avanzada, eficiente y completa de todas. Tiene todo lo mejor de la europea y norteamericana, y mucho que ninguna de las anteriores tiene, como la capacidad de cubrir mayores áreas geográficas, usando menos energía que las otras. Técnicamente es una muy buena decisión.
Adicionalmente, en Sudamérica prácticamente todos los países han optado por esta misma norma. En el mundo análogo, Chile, Argentina y Brasil tienen tres normas televisivas diferentes. Pero en el mundo digital, todos tenemos la misma, y al parecer pronto seguirá también Ecuador y Venezuela. Gracias a esto, a partir de hoy una fábrica en Chile podría exportar televisores a cualquiera de nuestros países vecinos, así como los brasileños ya han asegurado fábricas de Toshiba y Samsung en su país para proveer al resto del continente. Económicamente es una muy buena decisión.
Tener una norma de televisión digital terrestre, significa que si sigues viendo televisión usando unas antenitas encima de tu televisor, pronto podrás sintonizar más canales y de mejor calidad audiovisual que nunca. Incluso, con el aumento de la cantidad de posibles canales “abiertos” (de menos de 10 análogos a potencialmente más de 40 digitales), podría aumentar la calidad del contenido, o al menos la variedad en la oferta disponible.
Pero hoy la gente que tiene televisores capaces de reproducir televisión digital, no usan antenas “oreja de conejo” encima de su equipo. Tienen televisión por cable o televisión satelital. De hecho, ellos hoy ya tienen acceso a mucho más contenido e incluso ya reciben programación en alta definición (otro de los beneficios que traerá la televisión digital terrestre).
Aunque la promesa de casi medio centenar de canales digitales gratuitos pareciera ser una amenaza para la televisión pagada, puede que todos esos canales gratuitos nunca lleguen. Armar un canal y transmitir por señal abierta, es un emprendimiento con costos rondando los cientos de millones de dólares. No es por falta de frecuencias disponibles que no tenemos más canales abiertos, es por los altos costos de infraestructura requeridos. Si todo eso lo queremos financiar con publicidad, casi toda la programación tendría que ser publicitaria.
Mucho más que YouTube
En la otra esquina del ring estamos los que ni siquiera tenemos televisión abierta o pagada. Cada día, somos más los que vemos televisión sólo por internet y no sólo en nuestros computadores.
Cuando uno habla de televisión por internet, lo primero que piensan muchos es en videos pequeños, mala calidad de imagen y múltiples interrupciones de “Loading…” justo en la parte más crucial de lo que estamos viendo. Pero televisión por Internet es mucho más que YouTube.
En mi casa hace varios años decidí ahorrarme la televisión pagada y usar sólo internet. Mi televisor, un LCD común y corriente de pantalla grande, tiene dos dispositivos conectados: Un Apple TV y un PlayStation 3.
Con el Apple TV puedo arrendar las mejores series, películas de estreno y acceder a una infinidad de contenido gratuito, desde la comodidad de mi sofá y sin tocar un mouse. A los 30 segundos de apretar “Play” la película empieza a reproducirse en perfecta calidad, igual o mejor que DVD, incluso en alta definición. Y todo por internet. El PlayStation 3 me permite acceder a cualquier video en la web o reproducir cualquier video que haya descargado en mi computador, usando un control remoto similar al de un DVD. La programación que yo elijo en el momento que prefiero.
Sin costos fijos mensuales y con una oferta de contenido inigualable en cualquier otra alternativa televisiva. Después de todo, crear un programa de televisión por internet en alta definición con la mejor calidad de producción audiovisual y creativa, cuesta un centésimo de lo que cuesta operar un canal de televisión tradicional.
Si la televisión por internet es más barata y con una oferta más interesante que la televisión pagada o la televisión abierta, ¿por qué reservamos un gran pedazo del espectro radioeléctrico para una cantidad limitada de canales “abiertos” cuando podríamos usar ese mismo pedazo del espectro radioeléctrico para una infinidad de contenido realmente abierto?
No me mal entiendan, me alegra enormemente que hoy finalmente tengamos una norma de televisión digital terrestre y que ésta sea la norma japonesa. Servirá para disfrutar la mejor transmisión del próximo mundial de fútbol y quizás hasta para el que viene después. Pero tenemos que empezar a trabajar hoy pensando en la próxima década.
Hace 10 años, cuando comenzó la discusión sobre la norma de televisión digital terrestre, todavía veíamos películas en VHS. En 10 años más, cuando sólo una minoría siga sintonizando televisión abierta y la mayoría estemos peleando por mayor ancho de banda, vamos a desear haber empezado a trabajar lo antes posible hacia la desagregación o quizás hasta la liberalización del espectro radioeléctrico. En el futuro no muy lejano, todas las señales inalámbricas debieran ser para internet, incluidas las que el próximo año servirán para sintonizar el mundial de fútbol.