The Logic of Failure (1996)

Las grandes fallas rara vez vienen de un error puntual. Son la acumulación de decisiones razonables que, en conjunto, nos desvían del rumbo.

Acabo de terminar The Logic of Failure, de Dietrich Dörner. Fue publicado en 1996, pero no se me ocurre un libro más pertinente para este momento.

Estamos en 2020, en plena pandemia. El mundo sigue suspendido en la incertidumbre, y en Odd Industries estamos haciendo todo lo posible por navegar un futuro que se reescribe cada semana. Como tantos equipos, estamos tomando decisiones en sistemas que no se comportan como esperábamos.

En la búsqueda de entender por qué los proyectos fracasan, este libro fue una revelación.

Dörner estudia cómo personas inteligentes, con buenas intenciones, toman malas decisiones en contextos complejos. No por irresponsabilidad, sino porque nuestros cerebros están entrenados para causas lineales e inmediatas, no para sistemas interconectados, con retroalimentaciones lentas y efectos diferidos.

Las grandes fallas rara vez vienen de un error puntual. Son la acumulación de decisiones razonables que, en conjunto, nos desvían del rumbo.

No es falta de inteligencia.
Es subestimar la complejidad.

Es actuar demasiado rápido. Es no tener un modelo mental adecuado.

Leer esto ahora, en medio del caos, me ayudó a ver con más claridad nuestros propios riesgos.

En Odd buscamos obtener, descifrar y distribuir información accionable para tomar mejores decisiones. Construimos tecnología para entender el mundo real. Pero este libro me recordó que, incluso con más datos, seguimos siendo vulnerables si no entendemos el sistema que estamos intentando intervenir. Y más aún bajo presión.

Algunas ideas que se me quedaron grabadas:

  • Los sistemas complejos no reaccionan de inmediato. Lo que hacemos hoy puede mostrar efectos en semanas.
  • Los “quick wins” suelen profundizar el problema. El largo plazo no es algo lejano: Está presente en cada decisión.
  • Las buenas intenciones no bastan. Sin retroalimentación clara (feedback loops), estamos operando a ciegas.
  • Cuanto más creemos tener el control, más riesgo corremos de ignorar lo que realmente está ocurriendo.

Es un mensaje duro, pero reconfortante.

Porque el fracaso, en este contexto, no es equivocarse. Es no escuchar. No buscar las señales. No respetar los tiempos del sistema.

No sé cómo va a terminar este año. Nadie lo sabe. Pero sí sé que vamos a necesitar más paciencia, más consciencia y más pensamiento sistémico que nunca.

The Logic of Failure me dio el lenguaje para algo que ya venía sintiendo: Que en momentos como este, nuestros impulsos pueden jugar en contra — pero debemos priorizar la persistencia por sobre la urgencia.