Patentes y Copyright I
Uno de mis temas favoritos es la propiedad intelectual en la era digital. Ya que los 2.800 caracteres no me permiten explayarme correctamente, decidi dividir la columna en dos partes. Lo digo en la columna y lo repito aqui: no soy abogado ni pretendo serlo. Esto lo veo desde un punto de vista de un apasionado por el tema, y no un defensor profesional de las leyes. Esta es la primera parte. Esta es mi columna número 13 que apareció publicada en La Nación:
Copiar bits de un lado para otro no cuesta nada. Si es un bit, se puede duplicar a un mínimo esfuerzo, tanto humano como electrónico. Por esta razón, desde su creación los bits han complicado al mundo de la propiedad intelectual. Si es un montón de bits que representan una expresión (imagen, música o texto), estamos copiando cosas protegidas por un "derecho a copia" (copyright). Si es un montón de bits que representan una invención (producto o proceso), sea este un programa de dibujo o un protocolo de comunicaciones, estamos copiando cosas de "propiedad industrial" (patentes). Si vendemos o distribuimos cualquiera de estos bits, sin permiso o pago a sus creadores originales o dueños de su patente, copyright, o licencia, somos "piratas". Si no pagamos ni pedimos permiso por copiar esos bits, no los distribuimos, los usamos únicamente en un ambiente personal, y no lucramos de ellos, somos "ladrones". Aunque el costo de producir la copia haya sido cero pesos y nadie haya lucrado, seguimos siendo ladrones.
¿En un mundo digital, es esto lógico? Miremos las leyes actuales de propiedad intelectual de los Estados Unidos y Europa. Después de tanto TLC, nuestras leyes en estos temas deben ser equivalentes a las de ellos. (Aprovecho de aclarar que no soy abogado, simplemente apasionado por el tema.)
Primero el copyright. En Estados Unidos y Europa (y algunos de los países pertenecientes a WIPO -Organización Mundial de Propiedad Intelectual- incluyendo Chile), el autor retiene el copyright por la duración de su vida, más 70 años posteriores a su muerte. Antes de eso eran 50 años, pero The Walt Disney Company, asustada de perder a Mickey Mouse el 2004, hizo un fuerte lobby en 1998 para que esta protección a la copia se extendiera por 20 años más. Originalmente, en 1970, el autor retenía el derecho a copia por tan sólo 14 años y podía solicitar una extensión máxima de 14 años adicionales. Hoy, si bajas, sin pago ni permiso, una canción de Disney desde Internet, estas infringiendo el copyright.
Segundo las patentes. En los países pertenecientes a la WIPO una patente es un monopolio que se le entrega al creador de una invención, original y nueva, por un período de 20 años desde su solicitud. Al finalizar este plazo, la invención pasa a ser dominio público y puede ser explotada comercialmente por cualquier persona sin pedir permiso o pagar derechos al dueño de la patente. Así es, mientras recién desde 2005 puedes copiar libremente Windows 1.0 (discutiblemente inútil), es ilegal copiar Windows XP (discutiblemente útil), sin permiso o pago a Microsoft.
Pero sea copyright o patente, en el mundo digital, todo son bits. Unos y ceros. Copiar cualquiera de ellos, sin permiso o pago, siempre es ilegal. ¿Siempre es ilegal?